El auge de su tráfico portuario contrasta con unas condiciones laborales denunciadas como obsoletas
Desde Coordinadora TPA exigimos una actualización urgente para garantizar la seguridad y los derechos de los trabajadores
Mientras el Puerto de Málaga celebra el incremento de escalas de cruceros y buques portacontenedores, los trabajadores encargados de garantizar estas operaciones siguen enfrentándose a condiciones laborales que, según denuncian, pertenecen a otra época. El sindicato Coordinadora de los Trabajadores de los Puertos Andaluces alerta de la necesidad urgente de modernización en materia de derechos laborales y prevención de riesgos.
Desde su llegada al puerto malagueño, Coordinadora ha intentado establecer una interlocución con las empresas y operadores para fomentar una normalización laboral que esté a la altura del crecimiento que experimenta el recinto. De ahí que entendamos que es fundamental que el puerto avance hacia el siglo XXI si pretende consolidar su volumen de actividad y apostar por un crecimiento sostenible.
Los amarradores del enclave malacitano, empleados por la empresa familiar Sepumasa, denuncian estar sometidos a jornadas interminables, disponibilidad total y sin los medios básicos necesarios. La situación es tan precaria que incluso comparten equipos de protección individual (EPIs) entre compañeros, poniendo en riesgo su seguridad.
Desde Coordinadora criticamos que las discrepancias entre la empresa y la Autoridad Portuaria de Málaga no pueden resolverse a costa del bienestar de los trabajadores. Aunque no es su función mediar entre ambas partes, sí recalcan su compromiso de velar por la seguridad y los derechos laborales de quienes operan a pie de muelle.
El sindicato insiste en que el desarrollo del puerto debe ir de la mano de una mejora en las condiciones laborales, alertando de que los negocios no pueden sostenerse sobre el sacrificio humano. Señalan directamente la pasividad de Sepumasa y el silencio de la Autoridad Portuaria, a la que acusan de practicar la política del avestruz: ignorar los problemas en lugar de afrontarlos.
Frente a esa actitud, Coordinadora defiende su lema: “un problema, una oportunidad” y se muestra dispuesto a movilizar tanto a la autoridad laboral como a la opinión pública y a los propios trabajadores para impulsar los cambios necesarios.